La OMS aconseja la lactancia materna exclusiva hasta que el bebito cumpla los 6 meses. Luego se recomienda seguir amamantándolo juntamente con sus primeras comidas.
Tiene la justa dosis de grasas, proteinas, vitaminas y minerales necesarias para el desarrollo saludable del bebé.
La lactancia materna previene la desnutrición infantil. Los bebitos amamantados tienen menos riesgos de padecer diarreas, infecciones de oídos, ser obesos.
Por otro lado siempre está a temperatura justa y es económica, siempre disponible.
Favorece el contacto entre mamá y bebé, un momento que no sólo es de alimentación sino de juego de miradas, ternura y contención.
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