Hacerlo partícipe de la gran noticia no siempre es sencillo. Enterarse que en unos meses tendrá un hermano puede provocarle diferentes tipo de reacciones, que debemos saberlo de antemano para no desilusionarnos ni preocuparnos.
Son normales los celos, enojos y hasta cierta indiferencia. Es parte de lo mismo, la movilización que produce saber que debe compartir a mamá y papá.
Por eso se aconseja en lo posible, que el nacimiento del bebé no coincida con otros hechos de por sí trascendentes para el niño tales como comienzo del jardín o dejar los pañales.
Ya nacido el bebé, se sugiere recalcar la significación de ser el hermano mayor y hasta pedirle, de acuerdo a su edad, alguna simple ayuda al cambiar los pañales u otra tarea relacionada con el bebé.
Tener momentos de exclusividad con el niño, solos sin el bebé, para que sienta que no ha perdido a su mamá porque nació su hermanito.
Poner en palabras lo que están viviendo, hablar de los celos o de los enojos, que van a ser pasajeros para convertirse más adelante en el disfrute de tener un hermano con quien jugar, divertirse y compartir la vida.
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