Sumamente especial es pensar en decorar el cuarto para el bebé. Más allá de las diferencias de cada hogar, desde una habitación para el recién nacido o compartida con hermanos mayores, metros cuadrados o capacidad económica, no deja de ser maravilloso planificar su primer espacio.
Para los primeros meses de vida, podés optar por un moisés. Ya cerca de los tres meses se debe pensar en una cuna. Debemos elegirla no sólo por lo estético sino también es fundametal considerar la seguridad que puede ofrecer la misma. La distancia entre los barrotes no debe superar los 6 a 7 cm entre sí. Debe estar pintada con materiales no tóxicos.
Si nos referimos a la seguridad, considerarla en un todo, desde puntas redondeadas en los muebles o en evitar la colocación de estantes o cuadros en la pared donde se colocará la cuna.
Muy útil es contar con un buen espacio de guardado, tanto para la ropa del bebito como para los pañales, toallitas. Resulta sumamente práctico que estén cerca del lugar donde cambiaremos al bebé.
El cambiador es otro elemento necesario. Si optás por un mueble con cambiador, fijate cuan seguro es.
Si el espacio lo permite, comodísimo te va a resultar tener un sillón o silla mecedora para amamantar al bebé. Podés agregarle algún lindo almohadón que sumará como decoración y comodidad.
Ya pensando para cuando el bebito se siente, una alfombra puede delimitar y servir de espacio de juego.
Un lugar para ser vivido y disfrutar con tu hijo.
Acostar al bebé boca arriba para dormir, estimular la lactancia materna, no fumar durante el embarazo ni permitir que se fume en el ambiente donde está el bebé, no cubrir con sábanas la cabeza del bebé cuando duerme, no sobreabrigarlo al dormir ni que el lugar donde duerme el pequeño esté sin ventilación y muy calefaccionado.
